Crítica El Gran Showman ¡El gran musical!

¿Qué pasa cuando juntas un musical con Hugh Jackman? Pues que clamas al cielo y entonas un ¡Aleluya! Por todos es sabido que el actor australiano ya ha demostrado que en esto de los musicales no hay quién le tosa. Y en esta ocasión lo vuelve a demostrar con este biopic en tono circense. Damas y caballeros, ¡bienvenidos a el gran musical!

Cómo amante de los musicales que soy, estaba claro que este film lo tenía que ver en pantalla grande sí o sí. Y si encima, sabiendo que detrás de las canciones se encontraban Benj Pasek y Justin Paul (responsables de las mismas de La La Land), me faltó tiempo para engañar a alguien y ver si de verdad era el gran musical que prometía. Y lo es.

Si os soy sincera, no tenía ni pajolera idea que El gran Showman fuera un biopic. Es decir, que cuando vi el film no sabía que de verdad P.T.Barnum fuera un personaje real y que había hecho historia fundando la "Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus". (Os invito a que os paséis por Wikipedia y conozcáis su verdadera historia; aunque os aviso, ni por asomo se parece a Jackman)

Con una vida como esa, había muchas formas de contarla, y reconozco que en la forma en cómo lo hace Michael Gracey, es maravillosa. A mi me tenía desde el minuto uno, ya que comenzar con The Greatest Show como primer número musical es un acierto. Además, ayuda a marcar qué es lo que vas a ver en el resto del film.

La vida de Barnum es una tragicomedia donde no es oro todo lo que reluce, pero el tono en el que está contada está tan bien cuidado que te dejas engañar. Cuando empiezas a verla, crees que te vas a encontrar una historia naïf sobre la américa de las oportunidades. Y nada más lejos de la realidad. Para mi el film es como si el propio P.T. Barnum hubiera cogido el DeLorean y con los medios de ahora se hubiera marcado su propia producción. 

Una de las cosas de las que me doy cuenta ahora es que el guion no está contado con ese airecillo de "biopic" que suelen tener este tipo de films. Y eso me encantó, ya que va en concordancia con el tono general de la película. La ambientación está muy cuidada, al igual que la presentación de todos los personajes. Tiene algunos fallitos, pero no puedo dejar de perdonárselos. 

Pero vamos a lo bueno: los números musicales

Si antes de que te acomodes en el asiento, ya se presenta un numerazo, ¿qué puedes esperar del resto de la película? Pues más numerazos. Jackman brilla con luz propia. Se nota que el papel está trabajado y se mimetiza con su personaje, pero es que cuando se pone en modo "musical", ya ahí revienta todas las expectativas. ¿Qué estoy enamorada? ¡Por supuesto!. 

Pero no hay que desmerecer al resto del reparto. La verdad es que todos los personajes están muy bien, pero yo destaco a Zac Efron, Michelle Williams y Keala Settle (la mujer barbuda). Aunque de Efron ya sabíamos que forraba carpetas cantaba bien, en El gran Showman se despoja de lo poco que le quedaba de esa época High School Musical. Lo mismo le pasa a Zendaya, que poco a poco se va haciendo un hueco en esto de el gran musical. En lo que respecta a Williams, me ha sorprendido. Aunque su papel es un poco florero, sus dotes de canto no las conocía. Y por último, aunque le papel de Settle es un caramelito, la actriz tiene una presencia arrolladora, a la par de su voz. 

En definitiva

Quién sea un amante de los musicales, esta película la va a disfrutar muy mucho. Las dos horas se te pasan volando y al final no te quieres ir del cine sin volver a escuchar otra canción de esa gran banda sonora. Destaco This is me, que es un tema con una gran puesta en escena y una potencia interpretativa genial y con un mensaje que hay que tener siempre presente. Es más, ya le he dado más de 100 vueltas en mi Spotify.