¿Qué pasa cuando se te olvida el ordenador en casa y tienes un estúpido reto? Pues que en la era del mobile, te bajas la aplicación y puedes seguir con tu estúpido reto.
Y hablando del estúpido reto, parece que por fín se ha acabado el veroño (hilando muy fino), o por lo menos en mi caso, y ha llegado el temido momento que tanto he postergado: el cambio de armario. Para las que se sientan identificadas, es un gran momento, ya que tienes que poner a buscar el tipo de ropa que llevas meses viendo en los escaparates de las tiendas (más concretamente desde agosto), por toda tu casa, y que encima crees que estará igual de colocadita (alerta spoiler: no lo está).
Algunos se creen que lo del cambio de armario es una chorrada que en media hora queda finiquitado, pero lo que en un principio parece algo sencillo, a medida que pasan los minutos se convierte en una batalla campal que te enfrenta a tí contigomisma y tus circunstancias, y eso nunca es bueno.
Tras una hora de lucha en trincheras, crees que todo ha acabado (planchado a parte), y echas un vistazo de satisfacción por el trabajo bien hecho, pero de repente te das cuenta de que algo falla, y que los jerseys de cuello vuelto no pegan con esas sandalias tan bonitas que compraste hace 4 meses... ¡MIERDA!
Cuando ya por fin finalizas, toca guardar los vestidos y los shorts veraniegos, y como estás hasta las narices, lo haces como puedes, y ahí es cuando eres consciente de por qué la ropa de invierno estaba hecha un barullo.
Bueno, no pasa nada, en 7 meses se me habrá más que olvidado. ¡Bienvenido otoño!
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